martes, 25 de diciembre de 2012

Capítulo 8: Carta de despedida de Paolo

Ella es mi pequeña. Bueno, ¿mi pequeña? ¿Cómo voy a llamar pequeña a la persona más grande que jamás he conocido?. Aquella tarde presentí que iba a ser el comienzo de una duradera historia que ni el tiempo ni ningún factor físico, químico... podría llegar a separar, excepto uno... Sí, aquello que todos aterraban, aquello que todos temían... Sí, hablo de la muerte. 

Todos hemos pensado alguna vez, ¿qué ocurrirá?. Sólo tengo una única preocupación, haber aprovechado cada momento hasta el fin de mis días, ya que cada uno de los momentos son únicos, no hay instantes vacíos. 

Por eso, como no hay instantes vacíos, he decidido escribir esta carta, para que algún día, cuando mi vida haya finalizado, siga quedando en memoria, que jamás pude dejar de pensar en ti.

Has dejado tal marca en mi vida que, adjetivos como ''impresionante'', ''fascinante'', ''indescriptible''... se quedan cortos, muy pero que muy cortos. 

¿Qué duro es decir adiós, verdad? Dejar atrás todo, ver como daña el tiempo, ver como la vida pasa en un continuo vaivén, con momentos en los que te sientes tan alto que podrías llegar a tocar el cielo con la yema de los dedos, y veces, que te sientes tan bajo que la Tierra podría llegar a absorberte.

Contigo, mi pequeña, me he sentido tan pero tan alto, que he podido llegar a sentir que las estrellas eran cercanas. ¿Cuántas veces hemos jugado a cazar estrellas? Y yo te decía ''Mira, acabo de cazar una estrella, está aquí, a mi lado, es la más grande de todo el universo, soy el astrónomo más afortunado, por haberte encontrado...''

Tú me sonreías y te reías... Ni contar las veces que he llegado a perderme en tu dulce sonrisa...

¿Recuerdas? ''Hasta que la muerte nos separe, hasta que mi corazón deje de latir...'' 

Todo este tiempo, desde que nos conocimos, he sido un pesado contigo... Tenía miedo, miedo de perderte, de tener que compartirte con alguien que jamás podría llegar a quererte como yo, de tener que compartir mi vida... Ya te dije que mi vida comenzó a tener nombre cuando me enamoré de ti. 

Y ahora, mi corazón dejó de latir, mis palabras se las ha llevado el viento, todo se ha convertido un bello recuerdo. Recuerdos que cada día me han hecho crecer, ser cada vez más y más fuerte. Me has hecho sentir poseedor de una reliquia con tal valor incalculable que ni todo el dinero del mundo se asemejaría a tu valor, pues no vales dinero. No vales nada material, sino sentimental, vales... Vales mucho más que todas las estrellas que hay en el cielo. Todas ellas, multiplicado por el infinito y más allá.

¿Te acuerdas cuando te decía? ''No necesitas maquillaje, pues ya contemplando tus ojos puedo darme cuenta que eres preciosa'' No te mentía, eras la Venus de Miguel Ángel, bueno, de Paolo.

Si llega a pasarme algo, quiero que nunca tiras la toalla, yo he podido construir mi vida, a tu lado, y sé que tú también podrás volver a reconstruirla. Recuérdalo  ''si vives bien, si disfrutas cada instante, la muerte será como un leve descanso''.

Mi descanso ha llegado, un descanso largo, y ¿sabes?, sé que volveré a encontrarme contigo, porque, si amas a alguien, es de idiotas dejarlo ir. Y yo lo único de idiota que tengo, es estar idiotamente enamorado de tí. 

Te amo, mi reina.

PD: Cuando sonríes, mi mundo se detiene.

4 comentarios:

  1. ¡Mancheño! Me has dejado sin habla.
    Vaaaales y MUCHO.
    PREEEECIIIOOOSOO AWW,me encantaa tu escritura,la aamo.
    Pd: Soy Selonke (:

    ResponderEliminar
  2. Seeelonke, me alegro de que te guste, teeee quiero, tú si que vales, tonta. Te amo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lorena González Selonke te aaadora y es tu mayor faan. Beeesos.(:

      Eliminar
  3. tsss, eres un amor de chica enserio :)

    ResponderEliminar